
Esta nueva dimensión de la artesanía tiene una fuerte repercusión tanto a nivel local como global, hasta que de hecho pierde importancia esta anticuada antinomia, y se concreta el abstracto concepto de mercado glocal.
Por un lado, la artesanía crea nuevas fuentes de ingresos a los tradicionales talleres de gestión individual y venta directa, y también a pequeñas empresas familiares que operan en un ámbito local. Entonces la presencia de un taller artesanal es creación de ingresos y bienestar en una comunidad local.
Por el otro, la tendencia de las mayores páginas web de e-commerce es reservar a la artesanía una distribución globalizada, pero sin perder sus peculiaridades cualitativas basadas en el conjunto tecnología-tradición.
La primera página web que se dedicó al mercado de productos artesanales fue Etsy, que nació hace ya doce años en Estados Unidos, para poner en contacto a joyeros, diseñadores de bolsos y ebanistas con clientes de todo el mundo. Ahora cuenta con más de un millón de artesanos.
En Europa una de las plataformas más conocida es la alemana DaWanda, pero el éxito de esas webs ha sido tal que los gigantes de la venta online Amazon y eBay han abierto sus propios apartados para artesanos.
La idea que está en la base del servicio de Amazon Handmade, declarada por los propios responsables, es que el servicio permita conectar a los artistas con su potencial público, darles más visibilidad en Internet y también darles la posibilidad de explorar nuevos mercados exportando sus productos.
Todo esto con el propósito de ofrecer un artículo único y diferenciado, no hecho en serie y siempre que su empresa no cuente con más de 20 empleados.