Casi desde el comienzo de su existencia, al menos desde que fue posible fotografiar cuerpos y elementos animados sin recurrir a prolongadas exposiciones, la fotografía ha formado un binomio duradero y fructífero con el sexo.
Obviando usos pornográficos de la imagen, la fotografía descubrió hace mucho tiempo una fuente de inspiración y de creación en el cuerpo humano desnudo y en su relación con otros cuerpos. De los desnudos más sutiles a los más explícitos, de los besos más cándidos a los cuerpos unidos sin censura, en la historia de la fotografía son tantos los autores que han explotado el campo del arte de Niepce que elaborar una lista con ellos sería una tarea ímproba.
Una imagen de un cuerpo desnudo o varios conlleva siempre una carga sexual, pues la figura humana no puede desligarse de la visión erótica, ya sea un detalle de la piel como en una imagen explícita. El sexo y la fotografía corren paralelos merced a la percepción particular del erotismo por parte del observador.
Pero son también muchos los fotógrafos que han tratado el sexo con sus fotografías sin buscar el erotismo, acercándose a la materia por caminos paralelos muy diferentes entre sí, pero que siempre acaban mostrando el sexo desde otro punto de vista y con muy diferentes contenidos.
Como dije, la lista de autores es larga, valga como ejemplo esta selección de nombres.