La historia negra de SF se ubica en medio de la bahía y envuelta en brumas. La isla presidio dejó de funcionar en 1963, calificada una de las más seguras y siniestras de la historia reciente de EE.UU., hoy toda una atracción turística y parte del beneficio de la casa Hollywood.
Los relatos sombríos e inquietantes acerca de las torturas y vejaciones que sufrían los reclusos y los sucesos misteriosos –como apariciones fantasmales, ruidos extraños, extrema violencia o bajadas bruscas de temperatura en el interior del centro penitenciario– se encierran aún entre esas paredes.
Al otro lado del muelle Pier 33, la no menos agitada Generación Beat (Frisco Beat o Beat Generation) reaccionaba de forma artística al conformismo de la postguerra, se lanzaban a la carretera a ninguna parte en autos destartalados y con los poemas por bandera intentaban abrir los ojos a la sociedad.
El estereotipo beatnik, que definió el periodista Herb Caen a raíz de la publicación de Kerouac, pionero Beat, dio pie a una cierta tendencia de sospecha y persecución contra las manifestaciones culturales de los jóvenes. Sobre todo las mujeres poetisas se llevan la peor parte, las enviaban a manicomios y quemaban sus escritos, considerándolos inmorales. Hoy imagino a estos “prisioneros” de manifiestos y libertades, y me refugio en la librería de City Lights Books, centro neurálgico del movimiento beat y de la libertad de expresión sin trabas, tratando de imaginar todas las historias y leyendas que allí se han fraguado.
Y para saciar esa libertad en todas sus expresiones, me cobijo en el Vesubio Café, un rincón mítico y con identidad, donde voy a escribir este artículo, al puro estilo de Jack Kerouac, porque este era su templo y refugio. Mientras bebo un Swinging Beat a base de vodka, lima y cointreau, recuerdo sus consejos para una vida mejor.
01. Enamórate de tu vida.
02. Algo que sientas encontrará su propia forma.
03. Cuenta la historia del mundo en monólogo interior.
04. Acepta la pérdida para siempre.
05. Cree en el santo contorno de tu vida.
06. Lucha por esbozar la corriente que existe en tu mente.
07. No pienses en palabras cuando te detengas, sino para ver mejor el panorama.
08. No temas o te avergüences por la dignidad de tu experiencia, lenguaje y conocimiento.
09. Compone de forma salvaje, indisciplinada, pura, que venga desde abajo, cuanto más loco, mejor.
10. Eres un genio todo el tiempo.