Que una asignatura (Producción para las Artes Gráficas) se convierta en un proyecto real y tus alumnos en compañeros de equipo con los que trabajar es un experiencia más que interesante. En el momento en el que contamos con un presupuesto real, las cosas cambian, ya no es un proyecto más de la escuela, ya no es un concurso, es una oportunidad para demostrar lo aprendido y enfrentarse a todo un proceso de un proyecto real. El anuario 2016 del los alumnos de 4º de Visual Communication es un buen proyecto editorial, según mi opinión, que he visto el trabajo de todos desde el primer día. Se han ocupado de conseguir unos contenidos coherentes e interesantes (algo que no ocurre siempre con algunos bueno diseños editoriales… ejem), pasando por el diseño y la maquetación hasta la fase de producción y documentación del proceso.
Los protagonistas son ellos, se repartieron roles y trabajaron en equipo para que el diseño de la publicación saliera adelante con todo lo que eso conlleva. Así que creo que lo mejor es hablar con ellos, que han vivido momentos de estrés máximo cuando algo sale mal (como todos lo que ya trabajamos en estudios o por nuestra cuenta) y momentos de alegría cuando algo sale como esperas. Como profesora, creo que convertir una asignatura en un proyecto real es algo básico antes de acabar el grado, no hay que esperar a hacer unas prácticas para vivir algo así.
Antes de hablar con ellos, contar que dentro de este equipo yo me incluyo como una mera consultora, siempre en la sombra y vigilando, pero dejándoles hacer y equivocarse, porque creo que se aprende más de los errores trabajando que de una master class en la que no puedes ni dialogar con el ponente.