Hazte una pregunta: ¿cuántas veces te han pedido que desarrolles una idea? Infinitas. ¿Y cuántas veces tu ratón mental no arranca la carrera y te bloqueas? ¡Uff! Esto sucede con frecuencia y es más normal de lo que parece, lo importante es ¿qué hacer para soltar esa atadura? ¿Cómo ser “más creativo”? ¿Qué diseñar si ya está todo hecho?
14 Bloqueada estoy
Nuestro poderoso cerebro comienza a trabajar y al instante parece que activa su autodefensa y no permite más el paso del oxígeno. Es en ese momento cuando le damos la bienvenida a nuestra desesperación (sentimiento que sirve solamente para frustrarnos más y exprimir la poca energía que nos queda para pensar), así que cada vez vamos peor, pero no os preocupéis, justo después de esto reacciona nuestro modo automático y San Google nos rescata o, al menos, eso creemos.
Después de interactuar por un rato con el buscador en Internet nos sentimos aliviados, porque creemos estar alcanzando nuestra idea, pero (siempre tiene que haber un “pero”), ahora estamos tan saturados de imágenes, textos y muchísimas opiniones no fundamentadas que sentimos retroceder un paso y medio. Ahora, lo que nos salvará de toda esta telaraña de información será descansar un poco de esta ventana virtual y hacer una introspección en nuestra vida.
Aquí es cuando nos consentimos un poco dándole esc a lo que estemos haciendo y tomando aire, hacernos conscientes de nuestra respiración, dejar que cuerpo y mente se conecten (no es fácil, pero no se pierde nada intentándolo), para comenzar a pensar. Será así como nuestra minuciosa mente nos enviará flashbacks de la vida, abriéndonos la puerta a nuestro maravilloso ser, haciendo conexiones aleatorias que tienen un enlace tan fuerte que ahora percibimos.
Entonces tenemos nuestras vivencias, nuestras experiencias de vida, nuestros gustos, la música que escuchamos, las películas que vemos, la serie que nos hace ser espectadores maratonianos, y el humor que elegimos tener, para formar todo ello una inspiración que resulta ser más interesante de lo que pensamos.
Todos nacemos creativos y nuestra creatividad difiere según nuestra experiencia y actitud. Por ejemplo, ¿qué sucede con los niños? Son altamente creativos, porque se dejan llevar y, como dice Ken Robinson: “todo niño es un artista, porque cree ciegamente en su propio talento, la razón es que no tiene ningún miedo a equivocarse”.
Entonces, dejémonos de miedos y enfoquémonos en nuestra confianza, tengamos fe en nosotros mismos y desarrollemos proyectos que nos enriquezcan el alma, encontremos ese algo que nos haga sentir el cosquilleo interminable de nervios por la felicidad de haberlo hecho.
Y bien, mientras leías esto, ¿te has desbloqueado?
Autora y fotógrafa: Perla Tamez