En la música, como en cualquier otro tipo de arte, la inspiración siempre está presente a la hora de crear una obra nueva o un estilo propio. Todos los autores hablan de sus influencias y esas fuentes de inspiración afloran de un modo u otro en las nuevas composiciones.
Todos sabemos que hay estilos que son impensables sin haberse apoyado en otros preexistentes; por ejemplo, el rock & roll debe su existencia al rythm & blues, el cual tiene su origen en los géneros jazz y blues, que a su vez se apoyan en el espiritual afroamericano, cuyo germen son las adaptaciones de himnos cristianos hechos por los esclavos afroamericanos en el s. XVIII… y así hasta los albores de la humanidad.
Por tanto, es muy complicado, por no decir imposible, crear algo totalmente original. Para los expertos, cuando hay ocho o más notas continuadas iguales, puede haber plagio y, consiguientemente, violación del copyright, pero la realidad es que muchas veces es muy difícil trazar una línea entre plagio e inspiración.
Cuando Paul McCartney se despertó una mañana de 1964 con la melodía de Yesterday en la cabeza, pensó que era demasiado buena para haberla compuesto él y que su subconsciente le estaba jugando una mala pasada. Como él mismo declaró: "Durante cerca de un mes fui a ver gente del negocio de la música, preguntándoles si conocían esa melodía. Fue como si hubiera encontrado algo que debía entregar a la policía. Pensé que si en unas semanas nadie la reclamaba entonces sería mía”. 50 años más tarde, Yesterday ha sido versionada, que no plagiada, por más de 3.000 artistas y es la canción más radiada de la historia.
Si distinguir entre inspiración y plagio no es fácil, ocurre todo lo contrario cuando se traza la línea entre plagio y versión o cover: cuando se plagia, se presenta como propia una obra ajena, derechos incluidos, y cuando se hace un cover, se respetan los derechos de propiedad intelectual de los autores originales.
La lista de demandas por plagio es inabarcable en estas líneas. Cabe decir que las discográficas han optado por llegar a acuerdos extrajudiciales con los demandantes para evitar la mala prensa (o mantener parte de los derechos, incluyendo como coautores a los propietarios de los derechos). Repasemos alguno de los casos más sonados, y otros recientes, de plagios en el mundo de la música. Juzguen ustedes mismos: