En Galicia siempre ha habido una escena creativa, pero lo cierto es que, en los últimos años, se está creando mucho y de muy alta calidad. Es probable que sea debido a una unión de factores diversos, porque afecta a todas las ramas del diseño… pero desde que Inditex se volvió un coloso y desde que se afincaron y crecieron aquí otras firmas de moda, Galicia ha ido desarrollando su propia escena creativa con visión local, pero con lenguaje y aspiraciones globales. Y llegan nuevos compañeros de viaje.
Este flujo constante de creativos, ideas y, claro está, capital ha permitido que esa esquinita un poco aislada de Noroeste peninsular mire más allá de los horizontes infinitos de sus costas. Y ¡quién sabe!, puede que haya desarrollado su propia personalidad. O quizás, citando a Miguel Baldellou –en sus Conversaciones con Manuel Gallego (08/04/2016)–, simplemente haya sucumbido a una “vorágine global de persecución de una estética evanescente y frágil” dependiente del consumo y la tendencia. Muchos queremos creer que sí, que tiene su personalidad local y sus valores, aunque parece que, a pesar de ser local, habla en un idioma global, y por eso gusta (y por eso vende).
Esta escena está en continuo movimiento, un movimiento sosegado, riguroso, un tanto frío quizás, pero otras veces cálido; como el viento que viene del Norte, que los marineros gallegos llaman Nordés. Y así, nos atrevemos a bautizar esta escena detallista y contenida, pero con fuerza y personalidad, que quizás vaya más allá de la efímera tendencia; solamente el tiempo nos lo dirá. Y puede que, al ser vernáculo, se convierta en escuela…