Dentro de la editorial Bruguera hay otro caso reseñable de cambio o adaptación de estilo. Miguel Bernet, con el pseudónimo de Jorge, dibujó su personaje Doña Urraca durante 12 años. En ese tiempo Bernet dio forma a un personaje peculiar, ajeno a la tendencia general en la editorial. Era un personaje negativo, una mezcla entre bruja de cuento y señora amargada amante de lo oscuro y lo maligno, pero que, como ocurría a todos los personajes, siempre salía malparada.
Las páginas de Jorge tuvieron momentos brillantes y definió el personaje que era seguido con interés por un gran número de personas. En 1960 Miguel Bernet murió, pero no así su personaje, que continuó sus desventuras dibujado por Jordi Bernet, el hijo del autor original.
Jordi tenía entonces 15 años y abandonó sus estudios en una academia de dibujo para ganarse la vida continuando el trabajo de su padre. No fue fácil: tuvo que convencer a Rafael González (responsable de la editorial) de que podía dibujar el personaje y, aunque este no quería ni mirar las pruebas, al final consiguió encargarse de la bruja malhumorada. Jordi solamente estuvo un año dibujando al personaje; lo dejó y continuó creando cómics hasta convertirse en uno de nuestros más grandes autores.
A Doña Urraca la siguieron dibujando otros autores, con desigual fortuna y siempre sorteando la censura, que se había obsesionado con el personaje, tal vez porque plasmaba una España negra que interesaba silenciar. De entre todos los continuadores de la obra de Miguel Bernet, habría que destacar a Gustavo Martínez Gómez, conocido por todos como Martz Schmidt o solo Schmidt. Este autor no solo continuó con el personaje, sino que lo elevó de categoría y se alejó, en cierto modo, del carácter infantil en la historia titulada Doña Urraca en el Castillo Nosferatu, una aventura a todo color que tiene viñetas realmente soberbias en la calidad del dibujo, el uso del color y lo sugerente de la ambientación.
Hay más casos de dibujantes con los personajes o el estilo prestado: por ejemplo, el Capitán Trueno que Jesús Blasco y su hermano Adriano dibujaron en 1986 con guion de Víctor Mora, el creador original del personaje. En realidad se trató de un intento de Ediciones B para recuperar a uno de los personajes más importantes de nuestro cómic, pero no pasó de tres historias.
Y entre los más recientes, uno de gran importancia: la resurrección de Corto Maltés de la mano de los autores españoles Juan Díaz Canales y Rubén Pellejero.
Tras la muerte de Hugo Pratt, creador y dibujante del personaje, sus aventuras quedaron en suspenso y parecía que iba a ser para siempre, aunque el dibujante italiano había dejado claro que “Habrá un final para Corto, pero no pienso hacerlo yo, porque Corto Maltés encontrará otro dibujante que le dé vida”.
A raíz de la publicación en Italia de Black Sad, con guion de Juan Díaz Canales, fue Patricia Zanotti, la editora del personaje en ese país y responsable de todos los derechos de Corto Maltés, la que propuso a Canales que fuera el guionista de las nuevas aventuras del marino. Canales propuso como dibujante a Pellejero y, entre los dos, han creado Bajo el sol de medianoche, la primera aventura de Corto Maltés que no ha sido creada por Hugo Pratt. El resultado es de una gran fidelidad al original, pero con el toque particular de los nuevos autores. Ya se anuncian más álbumes y habrá que estar atentos.