La voluntad de Vittorio Amedeo II marca el encanto de una gran ciudad, que verá ampliado su esplendor por su condición de primera capital de Italia, lo que ha propiciado que albergue varios de los museos nacionales. Una guía tradicional de los lugares más visitados sería la siguiente:
Hemos hablado de Juvarra, pero no debemos olvidar a Guarino Guarini, virtuoso arquitecto que también trabajó para los Saboya y que realizó obras maestras como la Capilla de la Sábana Santa en la Catedral de San Juan Bautista (siglo XV), aunque en la actualidad no es accesible al público.
Al lado de la catedral, en pleno centro, destacan Palacio Madama, con una impresionante escalera obra de Juvarra, además de diversas exposiciones temporales y el Museo de Arte Antiguo; y el Palacio Real, que, como todas las residencias de los Saboya, es Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO, que incluye la Galería Sabauda, célebre pinacoteca que se asoma a los restos romanos, y las Caballerías Reales, actualmente ocupadas para evitar su venta y reivindicar su valor histórico. A estas nobles residencias de los Saboya, hay que añadir el Palacete de caza de Stupinigi, los castillos del Valentino, de Agliè, Racconigi, Rivoli y Moncalieri, la Villa della Regina y la portentosa Reggia di Venaria Reale.
Pero volviendo al centro de la ciudad, si bien hemos marcado el horizonte de la ciudad por elementos geográficos, el verdadero punto de referencia arquitectónico es la ottocentesca Mole Antonelliana, edificio de proporciones descomunales en comparación con el conjunto de la urbe, que inicialmente estaba destinado a ser la sinagoga de Turín y que en la actualidad es el Museo Nacional del Cine, el principal de Europa y un verdadero sueño para cualquier visitante.
En efecto, sorprende la concentración de grandes museos como el Museo Egipcio, recién restaurado y considerado el segundo más importante del mundo después del Museo Egipcio de El Cairo, con salas realmente emocionantes, gracias a un cuidado trabajo historiográfico y escenográfico. Muy cerca está el Palacio Carignano, proyectado por Guarini y sede del Museo del Risorgimento y del primer Parlamento italiano, situado frente a la Biblioteca Nacional.
Sería larguísima la lista de museos, aun así, destacamos algunos más por sectores. Son varios los centros dedicados al arte contemporáneo: el citado Castello di Rivoli, la Galería de Arte Moderno, la Pinacoteca Giovanni e Marella Agnelli, la Fundación Sandretto Rebaudengo, la Fundación Merz y el Parque de Arte Vivo, a los que temporalmente se suman otras sedes como el Palacio Saluzzo o el Palacio Cavour, y en un futuro cercano los Cantieri OGR, que prometen ser un gran centro cultural dedicado a la innovación y al arte de vanguardia. A lo que se añade un interesantes y numeroso circuito de galerías, muchas de ellas concentradas en torno a via della Rocca y con algunas internacionalmente famosas como Giorgio Persano.
Asimismo, merecen la pena otros centros, como la Accademia Albertina o el Museo de la Resistencia, y fundaciones, como la Luigi Einaudi o la Fundación Ettore Fico, sin olvidar otros puntos de encuentro para muchos eventos y ciclos, como el magnífico palacio del Círculo de Lectores, y una considerable red de teatros, con algunos muy interesantes como el Teatro Regio, a cargo de Carlo Mollino. Otra consideración merecería el apartado de museos que, más allá de poseer una colección interesante, han llevado a cabo un particular ejercicio de naming, como el Museo de Arte Oriental: el MAO, o el peculiar Museo Internacional de Artes Aplicadas de Hoy (Museo Internazionale di Arti Applicate Oggi): MIAAO, que en italiano recuerda el maullido de un gato, como también reproduce su logotipo, y que contiene una colección permanente que bien podría haber salido de una película de David Lynch.
Pero siendo un lugar de referencia para el mundo del transporte y que tantos identifican con el automóvil y la FIAT, se convierte en cita ineludible el fascinante Lingotto, la antigua fábrica de montaje de FIAT cerrada en 1994 y ahora remodelada por Renzo Piano. Sin duda, es un lugar especial, sobre todo para ver su parte superior, ya que tras la citada Pinacoteca Agnelli, se puede acceder a una increíble pista de carreras con helipuerto sobre el techo de la fábrica.
A esto hay que sumar otro museo nacional, el Museo del Automóvil, y otros que muestran el gran pasado industrial de la zona, como el MAAM, el Museo a cielo Abierto de la Arquitectura Moderna de Ivrea, población donde estaba ese milagro ejemplar desde el punto de vista de la innovación, el diseño y la comunidad que fue Olivetti; sugerente al respecto es la reciente publicación del proyecto que habría unido la visión de dos grandes: Adriano Olivetti y Le Corbusier.